¿Quién no dejó las muelas en estos dulces? Deliciosos dulces elaborados con leche pura de vaca y cafecito de nuestra tierra, envueltos en papel encerado. ¡Yo los compraba a 14 caramelos por 1 centavo!

Estos dulces también tienen su historia: resulta que hasta hace unos años, los caramelos eran remedio para muchas dolencias. Existían las pastillas de café, que eran prescritas por los doctores de la época, para combatir las lombrices. Es curioso que entre las comunidades de origen maya en nuestro pais, se acostumbre dar a los perritos, café amargo para quitar las lombrices.

Los dulces de café con leche aparecen en la primera mitad del siglo XIX, cuando a un confitero logroñés se le ocurrió usar la leche de burra, un remedio de entonces para hacer frente a los catarros, se utilizo para hacer caramelos. Celestino Solano añadió a la leche un chorrito de café y este remedio triunfó entre los acatarrados de Logroño.

En Guatemala, desde que iniciamos con el cultivo de nuestro café, famoso mundialmente, empezamos a elaborar estos deliciosos dulces. La costumbre era elaborarlos en casa y ofrecerlos a la venta a la puerta de la casa. Esos eran nuestros dulces de niños, los toffees chapines, ¡cuantos hermosos recuerdos!.